Hagamos de cuenta que el eclipse te sorprende en medio de una fiesta de disfraces donde cada uno de los participantes está disfrazado de extraterrestre nacido en el mismo planeta viajando en la misma nave espacial que te lleva al lugar donde los eclipses se transforman en conos de sombras y que cada cuerpo que se le atraviesa proyecta su forma de luz.
Como el odio en reversa, ese que cuando se escupe hacia otra persona, deja una mancha de amor.
El amor en reversa deja manchas mas grandes que los eclipses. Tan grandes como para que la discutan un monton de marcianos en una fiesta de disfraces, todos disfrazados de terraqueos a punto de caer en el vacío existencial.
Que cosa el universo.
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