Logos

Con el paso de los años me estoy volviendo complejamente urbano. El rechazo por la ruralidad crece atacando las reminiscencias agrarias de mis orígenes.
No tiene que ver con filosofías ni paradigmas, es solo una metamorfosis acelerada hacia la complejidad metropolitana. Imparable y torrentosa, sólida y excluyente.

Metamorfosis.
Hacia algo, desde algo distinto en su inicio.
Evolución incierta acicateada por el miedo cuántico.
Sensaciones urbanas que excluyen sensaciones rurales.
Metamorfosearse.
Meta-morfarse.
Meta-morfarse-a si mismo.
Comerse desde afuera y hacia las entrañas.
Darse vuelta como una media negra que engulle un agujero negro camino a la nada.

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Jimena se sienta y me mira. Explora la mesa y vuelca su abrigo hacia atrás buscando el respaldar de la silla.
- Pero por qué hacen eso? Yo no entiendo, si una les plantea una relación sincera y empiezan a dar vueltas y vueltas.
- Que se yo… Creo que hay demasiada oferta. Mujeres por todos lados, liberadas y ofrecidas como en un matadero. Es como comprar ropa, viste algo que te gustó en una vidriera, pero sabes que hay veinte vidrieras más con cosas que te esperan. Nos estamos consumiendo a la gente, hasta que una mina se te atragante y chau.
Pongo demasiada expectativa en la estupidez para intentar explicar algo. Por más que la dibuje, la tontería es solo eso. Como la mona que se esconde detrás de la seda.
- Yo a él tampoco lo entiendo. Un día está todo bien, a los dos días empieza a actuar raro, a los cuatro se borra.
- Anda a saber, querer es toda una cuestión.
Los amores líquidos no se pueden llevar a ningún lado. Se desprenden fácil, se evaporan con el primer calor de la cama. Es aroma que flota por un instante y por única vez. Se disfruta mientras se huele, no mas que eso.

La gente tiene la cara congelada.
Mariana me susurra la frase y suspira. Toma aire y sigue.
La gente tiene esa sonrisa como dibujada.
Mariana me obliga a pensar con las entrañas.
Hay gente que tiene la cara puesta desde hace mucho y no se la saca ni para dormir.
Hay gente que no se pregunta nada. Evita las respuestas asesinando al interrogante.
Hay gente que nos preguntamos demasiado sobre respuestas que ya tenemos y que sin embargo no estrenamos.
Muchas veces, me toco la cara, esperando no se congele. Tan solo para que Mariana no se ría cuando me vea.